Migao Malcriado: un abrazo en una taza

En Frida Malcriada comer migao, es toda una experiencia. Nuestro migao comienza en la chocolatera, donde derretimos pastillas de Chocolate Corona (puedes elegir entre el tradicional o el que lleva ese toque delicioso de clavos y canela). A esto le sumamos leche en polvo (porque el secreto está en la textura) y panela molida, para endulzar como lo hacían nuestras abuelas. Luego, vertemos agua hirviendo y batimos con el bolinillo hasta que la magia ocurre: una espuma espesa y dulce. Pero aquí viene lo mejor. En una taza bien coqueta, acomodamos cuidadosamente los protagonistas: achiras crocantes, galletas Ducales que le dan ese "toque secreto", almojábana recién horneada, queso mozzarella que se funde con el calor y un buñuelo dorado, crujiente y perfecto. Y ahora, el momento esperado. En la mesa, justo frente a ti, servimos directo de la chocolatera ese chocolate espumoso, espesito, dulcecito y tan nuestro. Como toque final, más achiras, más Ducales y una última nevada de leche en polvo, porque ese grumito final es lo que nos hace cerrar los ojos y saborear la infancia. Este no es solo un migao, es un viaje a casa, a la merienda con la abuela, al antojo que reconforta.. Es un abrazo en una taza.